Este Patakí es donde narra cómo fue que Obi se quedo sin palabras.
Cuentan que Obi era una persona muy creída y presumida, tales condiciones le trajo mala reputación entre los que le rodeaban por su exceso de orgullo
Olofi cada determinado tiempo hacía fiestas para celebrar con los Orishas determinados asuntos, tales fiestas atraen a los invitados y no invitados que acudían para ver sus Orishas y a buscar la oportunidad de pedir algún deseo, bien se conoce los poderes de las deidades del panteón yoruba.
Las personas asistían al exterior del palacio para pedir deseos de salud y también los más necesitados veían la oportunidad para poder cambiar sus vidas.
Al llegar Obi, que siempre llegaba impecablemente limpio todos se acercaban para pedir favores, dinero. Obi marcaba la diferencia en trato entre los Orishas, pedía que nadie se le acercara, no atendía a nadie, su empatía hacia los necesitados estaba ausente en su mente. Tal fue así que muchos se empezaron a quejar y enojar.
Olofin al sentir el bullicio se acercó para ver qué pasaba, le comentaron el comportamiento de Obi pero decidió no darle mucha atención, pensó que quizás es solo cosa de un momento y siguió con la atención en la fiesta.
Ya dentro de la fiesta Olofin comenzó a darse cuenta que Obi estaba actuando de una manera poco apropiada para sus valores, pero igualmente le dio el beneficio de la duda.
Al cabo de un tiempo Obi decidió hacer una fiesta en su casa, sus invitados fueron seleccionados a dedo, dejó claro a todos los habitantes del pueblo que no quería que nadie fuera a la fiesta para pedir favores ni dinero.
La fiesta comenzó con mucho glamour y todos disfrutaban de la invitación de Obi, pero de pronto comenzaron a tocar la puerta con mucha insistencia, Obi un tanto molesto se dirigió a la misma para abrir y ver quién era, pues ya el tenía contabilizado a los invitados y estaban todos por lo que de antemano sabe que quien tocaba la puerta no estaba invitado.
Cuando abrió la puerta vio a un mendigo, ese mendigo era el mismísimo Olofin disfrazado, él no lo reconoció y le preguntó ¿Qué deseaba? El no estaba invitado, el pordiosero le dijo un poco de dinero para seguir adelante, Obi le dijo que no, el vagabundo insistió entonces un poco de comida que no he comido hoy, Obi de nuevo dijo no y lo invitó a irse de su casa.
Para Olofin fue suficiente, se quitó el disfraz y lo miro a los ojos, rápidamente Obi se arrodilló al suelo y asombrado de cometer un error tan imperdonable se quedó sin habla.
Olofi conversó con él un rato recordando los valores de cómo ha de ser y comportarse uno en la vida, le castigo de la siguiente manera “A partir de ahora para compensar tus faltas, todos te escucharan pero hablaras rodando por el suelo”
Es por este pataki que vemos que Obi responde cuando le pregunta rodando por el suelo.
Nota: Si aún no sabes quien es Obi, Olofin, pasa por el diccionario de la santería.